jueves, 1 de octubre de 2009

punk

Punk...
La industrialización en los países permitió usar al rock y a la música como un medio de expresión principalmente el año entrado de 1970. Una corriente de jóvenes de gran Bretaña y otros países industrializados utilizaban al Rock como un escaparate para la grandilocuencia de los músicos de ese entonces alejando la música de la gente común. El punk surgió como una burla a la rigidez de los convencionalismos que ocultaban formas de opresión social y cultural.
Las características del punk rock fueron precedidas por el garaje rock recrudeciendo más el sonido fuerte del rock y con composiciones menos profesionales.
El termino en ingles “punk” tiene un significado despectivo como: basura, vago, despreciable, escoria etc. Debido al carácter de este significado, el punk a menudo se ha asociado a actitudes de descuido personal, se ha utilizado como medio de expresión de odio, sentimientos de malestar. Los jóvenes de estos países comenzaron a mostrar sus propias formas de rebeldía, de estilo, de vestimenta, de peinarse y de expresarse .

surgimiento del nombre


Existen diversas versiones del origen del género punk. Una que afirma que el nombre fue dado por la prensa inglesa para referirse de manera despectiva a esos grupos de jóvenes que cuestionaban, increpaban y se manifestaban contra la sociedad y lo establecido .Otra sostiene que surgió cuando Legs McNeil y John Holmstrom crearon en Estados Unidos una revista para hablar de las ideas, la música y los excesos de los jóvenes, a la que llamaron punk. Sea como sea, el término se popularizó y dio nombre no sólo a un nuevo género musical sino a un cúmulo de ideas y creencias que se difundieron rápidamente en Estados Unidos y Europa. Sin embargo la mas respetada de las hipótesis es la creencia de que el seudónimo punk fue impuesto por parte de los mismos pioneros del género, ya que con esta palabra abarcaban completamente la impresión que la sociedad adulta poseía sobre ellos.

sex pistols


Sex Pistols son prohibidos en casi todos los lugares de la gira que habían dispuesto por el país, de 23 lugares solo pudieron realizar su concierto en tres. El punk sigue creciendo sorteando todo tipo de control. Cruza a Nueva York y de allí al resto de Norteamérica, con exponentes como los Ramones, The Stooges, MC-5, etc.
A todo esto los Pistols firman con A&M un contrato millonario, pero con el disco God Save The Queen listo para la distribución, la compañía decide prescindir de ellos. La explicación fue que los integrantes del grupo habían destruido los baños de la compañía, habían intentado violar a un par de secretarias y atacaron a un disc jockey. Lo cierto fue que otros artistas del sello exponentes del rock clásico como Rick Wakeman de Yes, Peter Frampton, y otros, hicieron a los directivos una amenazante petición: “o nosotros o ellos.

Rebelión de Sex Pistols y su vuelta al punk


Los Pistols están prohibidos en radio y televisión, sus recitales sólo se informan de boca a boca y tocan en lugares como el cine de Londres o en la discoteca Lafayette bajo el seudónimo de SPOTS (Sex Pistols on Tour Secretely).
Irónicamente se suben a tocar sobre un lanchón llamado Queen Elizabeth, durante una gran fiesta en el palacio de Buckingham. Las cámaras de T.V. muestran la carroza de la reina Isabel II, seguida por su corte. Por el Támesis, a la par del desfile, navega el grupo que tiene prohibido tocar sobre tierra firme, cantando «…dios salve a la reina / ella no es un ser humano...». Media docena de embarcaciones policiales los obligan a amarrar y les ordenan silencio. No escuchan, tocan No Fun, les cortan el suministro de energía, terminan presos después de una batalla de bastonazos y patadas.
El single God Save the Queen es el más vendido durante las celebraciones reales, ahora distribuido por Virgin, el sistema intenta controlar las energías de los jóvenes y capitaliza sus productos malditos generando paradojas increíbles. Lydon es golpeado cada dos por tres y su provocativo deambular por las calles se vuelve peligroso contra el mismo, sin embargo se rechaza la propuesta de ponerle guardaespaldas ya que eso lo colocaría en igual posición que las estrellas pop

the clash


The Clash tampoco puede tocar en suelo inglés, la otra mitad de la anárquica criatura más brillante que el punk haya engendrado es deslumbrantemente coherente entre sus letras y su forma de vida. En París graban para un programa de T.V. y ante las repetidas peticiones de parte de los técnicos para que bajen el volumen deciden ir al baño para luego de un tiempo volver al set con las ropas pintadas con inscripciones que se leían en pantalla fácilmente: Vous êtes tous des putains.
En Bélgica tocan en un festival de Jazz donde les llueven latas de cerveza. Mick Jones detiene la banda y dice: “si quieren que sigamos, retiren a la gente de seguridad”. Nadie se atreve y es recién allí que los belgas comprenden el mensaje de los tipos que sangrando, en algunos casos, sobre el escenario, hacen notarles que su agresión estaba mal dirigida. The Clash dice “bien, sigamos”, pero en lugar de tomar sus instrumentos del piso, toman las latas y empiezan a tirarlas sobre la audiencia.

The Clash, un mensaje político:


The Clash es a los Pistols lo que fueran los Stones a los Beatles, un paso más allá. Atraen menos chicos en busca de pogo (baile violento característico del punk) y escupitajos, y más intelectuales. Proponen más, hablan de política, de soluciones futuras, de revolución y sobre todo de acción. Son la guerrilla empuñando guitarras. El universo político, económico y social son expresados por ellos en una doble tarea: palabras y hechos. Canalizando el nihilismo hacia una política radical contestataria los Clash estaban lejos de la otra forma de vivir el punk, forma cuyo máximo exponente era sin duda Lydon: “yo nunca he tenido puntos de vista políticos, ni los tendré. Me he preocupado siempre de mí mismo y seguiré haciéndolo”.

mentalidad autodegradante


lgunos sectores del movimiento, atentos a las palabras que hablaban de la necesidad de una revolución permanente, sólo sabían que la cosa debía radicalizarse siempre un poco más, entrando así en una especie de espiral de controversias que, como un ácido corrosivo, fue deformando la esencia punk hacia sólo un lado del asunto. Había que tener la cresta más alta, gritar los insultos más crudos contra el establishment y golpear los instrumentos con odio para ser más punk. La revolución punk corría igual suerte que la revolución proletaria. Objetivos distintos estaban saliendo a la luz provocando quiebres que debilitaban su fuerza inicial.
La consigna del no futuro estaba ante la insalvable disyuntiva: aquel futuro estaba aquí, el tiempo siguió avanzando y aquellos jóvenes que vaticinaban la necesidad de un cambio habían corrido la misma suerte que los anteriores. El sistema se encargó de reubicarlos a todos. Algunos siguieron marginados, pero ya demasiado grandes para que los jóvenes de las generaciones posteriores los vieran como pares; otros debieron acercarse a hablar de dinero con la música; otros hicieron la vida de sus padres, aquella vida que había sido una de las razones validas para gritar en un concierto; y otros inclusive llegaron a ser grandes empresarios dispuestos a cerrar el camino a todo lo nuevo que no signifique negocio.